Cuatro de cada cinco incrementarán un 20% su presupuesto.

Las marcas han decidido redoblar su apuesta por las redes sociales y, especialmente, por los influencers. Estas celebridades digitales se están convirtiendo en el eje de la publicidad en redes sociales porque permiten controlar mejor las campañas y métricas. “Nos encontramos frecuentemente con muchas marcas que buscan conectar con su público de manera más práctica. Es decir, lograr que el público participe en sus canales sociales aportando valor y contenido. Las promociones se les quedan cortas y además pierden el control de las métricas”, explica Rosa Fuentes, community manager de Friendz, una app que conecta a empresas con los consumidores y permite que ganen dinero con ello.

La publicidad digital no deja de crecer, pero casi toda la inversión va a parar a las redes sociales. De hecho, y según datos de Friendz, el 80% del presupuesto de la publicidad online se invierte en Facebook e Instagram, un 15% más que el año pasado. Estas plataformas permiten a las marcas conectar con sus clientes, a los que convierten en fans. Pero son los influencers los que consiguen que este papel quede más marcado, de ahí el creciente interés por desarrollar campañas publicitarias con ellos.

Es tal el interés de las marcas por contratar influencers, que incluso han surgido plataformas como Friendz, que permiten a cualquier persona convertirse en uno a través de campañas que incluso proporcionan ingresos a particulares, en este caso en forma de descuentos. Esto se debe a la importancia de los llamados microinfluencers, personas con pocos seguidores, pero con una alta capacidad de impactar e influir en ellos. “Podemos ofrecer a las marcas varios tipos de campañas para obtener la posibilidad de llegar a 100.000 o 200.000 usuarios o los que necesite previa segmentación. Pero, además, todo este número de usuarios publicarán una determinada imagen con las características solicitas por la marca”, explica la portavoz de Friendz.

Esta plataforma permite a las marcas acceder al perfil de sus consumidores, quienes se convierten a su vez en prescriptores de la misma: anunciantes. Un intercambio e interconexión de papeles nunca visto hasta ahora, pero que refleja el poder de las redes sociales y su capacidad para cambiar las reglas del juego.